martes, 30 de marzo de 2010

Luna sin miel 2.-




Cuando termine de oír tus discos volví, al bar.
Me senté al lado del tipo.
Ahora el que lloraba era yo.
Me miro, ya sin lagrimas ni suspiros.
Tomo aire y me dijo:
Cuando me acostaba con mi mujer, soñaba con el amor.
Soñaba con que el amor estaba por llegar a buscarme.
Y así disfrutaba el día a día.
Veía su cara, perfecta, dulce, clara.
Oía su voz, su pelo moverse, sus pestañas caerse.
Sentía un dulce toque de algodón, del más blando del mas dulce, y era su piel.
Olía su perfume en las más simple de las cosas.
Aproveche amigo, que la suerte no es simétrica.
No te da tanto como te saca.
Si no aprendes a la primera, no vas a aprender a la segunda.
No puedo verme volviendo a empezar.
Hoy almuerzo, meriendo y ceno orgullo.
El amor no tiene la cara que vos queres ver, el amor no es tan imperfecto como vos crees, el amor ni es simple ni es suave.
Cuando despertaba y veia a mi mujer, me repetia para mi: ya llegara.

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