martes, 2 de junio de 2009

En viaje.-


En viaje.-
(a Mario Benedetti)

Repitiendo para si un verso, camino derecho al recuerdo.
Relojeando las baldosas por encima de los lentes, camino lento, lento, muy lento.
Sin querer molestar a los presentes, sin querer llamar su atención, se fue.
Con humilde silencio, con extremado silencio, pero con todo dicho… se fue.
Tenía tanto por decir, que hasta dijo lo que nos hubiese gustado decir a nosotros mismos.

Errada.-


Imagino, a primera hora de la mañana sin aun leer el diario, que ha nacido una nueva guerra.
Mientras lavo mis manos de la culpa de la noche, suspiro por dentro y me estremezco por el afuera.
Casi obligado, salgo.
Busco en la calle, una expresión de alivio,
Una minúscula cosa por la que no deba sufrir o pagar.
Sabiendo que la mano viene dura y el invierno será peor.
Me resguardo en la puerta de tu casa de cara al Sol tibio,
Cruzando los brazos, oyendo tus pasos adentro y miro casi sin querer mirar
Pero es difícil soportar el temblor.

Vengo a invitarte a que todo sea como antes, todo desde cero.
Buscar una salida juntos, sin decirte jamás que soy yo quien lo necesita más.
Mi terquedad es obvia, es triste es casi absurda; mas no precaria.
Suele ser tremendo el golpe cuando uno no lo venir o no ve uno que va hacia el golpe.
Y es por todo esto que a pesar de todo te creo.
Porque aunque no quieras venir, no me quieras escuchar, aun así… estás.
Me imaginas solitario golpeándome la cara contra las puertas, mientras (… )
Y ahora que lo pensas: que tipo torpe!
Con la tendencia natural de errarle a la escala, me dijo abrazándome y riendo
No eres mi mañana, fuiste mi tarde.
Y no serás mi noche.-