Necio.-

Te paras con la felicidad de saber lo que es caerse y probar una vez y otra vez.
Y cuando estabas abajo queriendo subir, miraste alrededor y viste a la gente en movimiento queriendo cambiar para después recién subir.
Y vos te paraste, necio, de la misma forma que te caíste.
Te sangra una rodilla y la taquicardia es fuerte.
El apoyo, los demás te lo sacaron hace rato… pero esta el amigo.
El que te da el privilegio de la duda aunque más no sea.
Salís a los tumbos a buscar al que te empujo esta vez.
Y sabes que con el ojo por ojo se queda ciego este mundo.
Pero la duda esta siempre en tu cabeza y te lleva a caminar mas rápido en tu cabeza que por sobre las baldosas.
Y siempre aparece en el medio de la vereda, el dragón de siete cabezas, que vos ya sabes es de cartón, para cortarte la carrera.
No sabes nada de manejar los tiempos de este mundo. Si correr para atrás es ir hacia delante o viceversa; y por eso decís a destiempo y haces en offside.
Ahora que te moriste, algunos dicen que eras un adelantado para tu tiempo…
Otros que eras un ganso soñando ser cisne. ( y esto que mierda tiene que ver? Pero en la boca de la vieja que no tiene nada que decir, llena el espacio del silencio.)
Y pensar que lo que te mato fue la voluntad… o mejor dicho: la falta de ella.
Yo pensaba dedicarte unas simples palabras… pero como la canción del mes: pasan los días y la letras se olvidan.-